Previo a citar las Leyendas surgidas en Gualel, merece hacer memoria acerca de El Camino Real construido por Los Incas, sobre el que Cieza menciona:

“cómo se hacían los edificios para los señores y los caminos reales para andar por el reino”. Los Incas se preocuparon mucho de dotar a su imperio de una red de caminos que lo mantuvieran comunicado.

Uno de estos tramos comprende: “tres kilómetros al Este del Cisne, pasa al Este del pucará del Cisne. A unos dos kilómetros al Norte de esta población en algunos tramos coincide con la carretera, sigue por El Ari y llega hasta Gualel. De Gualel, a unos 2600 metros de altura, el camino se eleva pasando por el cerro Viejo hasta las inmediaciones de la laguna Zurigüiña en el nudo de Guagrahuma, a 3700 m.s.n.m. Llegando a la laguna presenta, según los campesinos, gradas empedradas. Bordea la laguna de Surigüiña y pasa el Fierrourco por el Oeste ”.

De estos escritos se desprenden dos de las cuatro Leyendas autóctonas de Gualel, las que mencionamos a continuación:


La Paila de Oro

Esta leyenda surge tiempo después de la Aparición de la Virgen de El Cisne. A la actual parroquia empezaron a llegar personas de todos los lugares y por la falta de vías de acceso, utilizaron los caminos dejados por los incas. Uno los numerosos senderos es el que pasa por la Parroquia Gualel y donde se suscita esta leyenda.

Por aquellos días muchas personas venían desde el norte del país, entre tantas personas venía un grupo de acaudalados que llevaban una gran paila de oro para ofrecer a la Virgen; estas personas cansadas del arduo caminar decidieron pernoctar en un lugar cómodo y seguro conocido hoy en día como Zurigüiña. Al amanecer, grande fue su asombro cuando por aquellos días muchas personas venían desde el norte del país, entre tantas personas venía un grupo de acaudalados que llevaban una gran paila de oro para ofrecer a la Virgen; estas personas cansadas del arduo caminar decidieron pernoctar en un lugar cómodo y seguro conocido hoy en día como Zurigüiña. Al amanecer, grande fue su asombro cuando encontraron la paila llena de agua y al querer llevarla, la paila estaba tan firme a la superficie que no pudo sacarla. Enseguida fueron a pedir refuerzos. Al regresar fue más grande el asombro al encontrar en ese lugar una gran laguna, en la cual se había sepultado la Paila de Oro.



La ciudad encantada de Ganashapa
Ganashapa es uno de los vestigios del imperio Inca, en esos tiempos constituía un Tambo o lugar de descanso para los incas.
Según versiones de oriundos de Gualel, cuentan que en el cerro de Ganashapa en época de Semana Santa especialmente el jueves y viernes Santo, se escuchan los campanazos de lo que en ese tiempo podría haber sido una gran ciudad.
A raíz de estos sonidos algunas personas decidieron visitar el lugar, encontrándose con dos campanas, verdaderas reliquias del pasado. Una campana fue llevada a la Parroquia Chuquiribamba, mientras que la otra, en un intento por sacarla del lugar la dejaron rodar por una ladera, de la cual hasta la actualidad no han logrado encontrarla. Personas que visitan frecuentas sus alrededores cuentan que aún se escuchan los sonidos de esta solitaria campana. En la actualidad en el cerro Ganashapa podemos encontrar vestigios arqueológicos como: herramientas de piedra, ollas y huecos que han sido excavados en busca de algún tesoro.


La Cascada de Humuto
Esta Leyenda surge en un lugar turístico conocido como Humuto, el mismo que es un peñasco de aproximadamente 280 m. de altura, en la base del mismo se encuentra una mina que tiene minerales importantes como: el oro, la plata y el cobre; esta mina inicia con un túnel de comunicación con otro lugar turístico como es el coloso Fierrourco. Este lugar es atractivo para los Shamanes que hacen el pacto con Satán y sacan cualquier cantidad de dinero.
La leyenda se trata de un nativo de la parroquia Gualel, consideró muy curioso ingresar en este túnel, valientemente lo hace tomando en su mano un sirio (vela) camina por dentro del mismo, caminata larga hasta que el sirio se va terminando y el túnel no se termina, él calculaba que había caminado aproximadamente hasta el plan de Tablada, al ver que su vela ya se terminaba comenzó a regresar. El propósito de esta caminata bajo la tierra, de aquel hombre tan solo era por solicitar o pedir dinero a Satán, pero según la leyenda el señor no pudo encontrar con el espíritu maligno.
Según versiones de los antepasados este túnel fue el resultado de una explotación minera, esto en el tiempo de la esclavitud de los nativos del Ecuador por los Españoles. En el mismo hubo un gran hundimiento del terreno que los sepultó a más de 2000 esclavos; desde allí se convierte en un lugar misterioso para algunas personas que creen que esta mina les proporciona dinero, por obra de satán.