Hoy todo es distinto, nos quedamos en casa y el templo se abrió en nuestros corazones.
«Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen». …
«Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso». …
«Mujer, ahí tienes a tu hijo. …
«¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?». …
«Tengo sed». …
«Todo está cumplido». …
«Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu».
Profunda reflexión y silencio en nuestra vida. «Que sea la voluntad de ti padre y no la de ellos..»
Foto: AA www.radioguagrahuma.com